miércoles, julio 08, 2009

PARA UN HERMANO...


La soledad siempre te siguió como una sombra, quizás tu carácter directo, de frente, influyó a eso. Eres un solitario, un lobo, que busca su destino en medio de un mundo egoísta, avaro, que siempre trató de mirarte en menos. Tu fuerza interior resplandece como un brillante arco iris en medio de las tinieblas; tienes sangre de guerrero, espíritu rebelde… y un alma tan transparente como el agua cristalina. El entorno nunca te valoró, solo se subieron al carro de tu gloria para nombrarte mientras estabas en lo alto; más tarde te dejaron caer cuando te sumergiste en el vació. Tu única compañía fue el olvido, pasaste hambre, pasaste frío, desolado y angustiado… perdiste las esperanzas pero te aferraste a la simpleza de la amistad. Aún recuerdo tu mirada triste, ida en nubes de llanto, pero, lentamente, volviste a levantarte, como el “ave Fenix”, con esa fuerza interna tan mágica que posees... y por supuesto, que tanto admiro. Aprendiste que el orgullo a veces no sirve, aprendiste de tus errores, aprendiste a valorar, más aún, tu ciudad natal. Eres un amigo fiel, leal, capaz de decender al mismísimo infierno si es necesario…

Te conozco hace tanto tiempo, hemos compartido momentos inolvidables.
Juntos derribamos rivales, juntos reímos, juntos pasamos tristezas, juntos descubrimos que el mundo es cruel... juntos nos alimentamos de nuestras vivencias.
Como un padre con su hijo, como cuerpo y alma, como talento y creatividad, como amigos, como hermanos… siempre hemos sido unidos, fuertes y fieles hasta el fin.
Tus historias me hacen sonreír, aprendo de ti, a lo mejor nunca existirá alguien que me conozca tan bien como tu… la verdadera amistad existe y eso lo he comprobado junto a tu incansable compañía, pues mientras otros me abandonaban siempre estabas tu…

Finalmente haz encontrado tu equilibrio con esfuerzo, mojando la camiseta, con lágrimas en los ojos, con rabia en tu corazón, con sudor en la frente… la verdad es que estoy feliz de saber que te encuentras excelente. En 1999 te conocí, solo puedo decir que desde ese mismo año juntos comenzamos a escribir una etapa, y ten por seguro que seguiremos escribiendo historias… porque amigos como tú, hermanos como tú, jamás se olvidan.

Con cariño, con amor, con pasión, con amistad… esto es un pequeño homenaje para ti Ricardo “Schima” Schimanietz.

1 comentario:

Chuqui dijo...

Don León, hermano, tanto tiempo!! Años que no pasaba por acá, y lo hago para mostrarte un blog colectivo que tengo, que está partiendo, y al que te quiero invitar a participar ya que tienes toda la pasta para eso:

http://interludios.posterous.com

Un abrazo!!