Serpientes, arrastrándose lentamente a mis pies, serpientes subiendo por mis piernas y enrollando mi brazo, serpientes que hacen arder mis venas con sus mordeduras venenosas. Serpientes que me transportan a un espacio paralelo, mi mundo irreal, es dulce sentir como los malditos colmillos alimentan mi organismo. Las Serpientes son poderosas, pueden hacer olvidar el trauma conflictivo, el dolor desesperante, la vida infeliz...que haría sin sus dolorosos mordiscos. Solo veo serpientes con dientes afilados que merodean mi entorno, están en la pared, en el techo, en mi cuerpo, en todos lados..quieren esclavizarme. Las serpientes gritan, observan, aprietan, asfixian, me envenenan. Cuando despierto en mi podrida realidad ellas vuelven a aparecer con su seductor murmullo...heroína, heroína, heroína, mientras zigzaguean su hipnotizante lengua, heroína, heroína, heroína. Otro día, otras ganas de morir, necesito mi sabroso alimento. Serpientes vengan a mi, deboren mis venas, aniquilen mi futuro, destrocen la esperanza, envenenen mi alma. Las serpientes hacen su voluntad y me desafían a muerte enrollándose alrededor de mi cuello, ahora me empujan al oscuro infinito sin retorno.
